jueves, 1 de septiembre de 2022

RELATO COMPARTIDO "ALANA" escrito por @aquadearosa y @las_letras_de_yolanda

Apagó el sol para encender las estrellas. Era su momento favorito del día, cuando le contaba a la luna todo lo que no le contaba a nadie. Ella sabía escuchar y guardar secretos bajo llave.

Alana tenía 14 años y hacía ya 7 que había sido diagnosticada con TEA (Trastorno del Espectro Autista). 

Con el paso del tiempo se dio cuenta de que la gente no entendía que, del mismo modo que no todas las personas son iguales, no todas las personas con TEA lo son.

Alana era cariñosa: le gustaban los abrazos y los besos. Pero lo que más le gustaba eran los ataques de cosquillas de su hermano Marco.

Alana tenía el pelo liso y oscuro, que hacía destacar sus enormes ojos azules. Su color favorito era el azul, y por eso sabía que tenía mucha suerte. Porque no todo el mundo puede tener los ojos de su color favorito.



Esa noche de agosto, mientras las olas del frío Atlántico acariciaban sus pies, Alana le contó a su confidente que había llegado un veraneante nuevo al edificio. No sabía su nombre, solo sabía que tenía el pelo rubio y desordenado y una sonrisa llena de magia. Alana era la persona más ordenada del mundo, pero ese pelo no le molestaba en absoluto.

Le contó a la luna que cada vez que le veía, la tripa se le agarrotaba y sentía que le faltaba el aire. Lo había buscado en Google, pero solo venían enfermedades con fatal desenlace... Y ella no estaba enferma.

Tan concentrada estaba Alana compartiendo sus secretos con la luna, que no se dio cuenta de que apareció una familia tras ella que paseaban felices a la luz de la luna. Hablaban diferente, otro idioma.

De pronto, dos adolescentes empezaron a chapotear en la orilla cerca de Alana con tan mala suerte que la salpicaron.
-Disculpi -dijo uno de ellos enseguida.
¿Cómo? ¡Allí estaba de nuevo! ¡Era él!
El otro adolescente se acercó enseguida a ella, preocupado porque ni siquiera se había quejado al ser salpicada y no había contestado a las disculpas de su hermano. Por un instante, Alana se quedó en shock al ver... ¡Dos chicos con el pelo rubio alborotado!
-Estoy bien -dijo tímida cuando uno de ellos le cogió de la mano para ayudarle a levantarse.
-El meu nom es Uri i ell és en Pol.
Alana no entendió nada. El joven se dio cuenta y repitió:
-Mi nombre es Uri y él es Pol.
-Yo soy Alana -dijo muy escueta.
Ahora, resultaba ser, que el chico que conseguía agarrotarle la tripa era gemelo con otro.
¿Cómo iba a saber cual de los dos era?
-Bonito nombre -contestó Uri al mismo tiempo que sonreía.
Ahí estaba... ¡la sonrisa! ¡Era él y ta sabía su nombre!
Aquella noche, a la luz de la luna, los ojos azules de Alana brillaban con más intensidad que nunca.
Pasaron los días hasta que volvió a verlos. Coincidían mucho en la playa y Marco jugaba con ellos a todas horas, habían congeniado muy bien.
Alana, sin embargo se mostraba más tímida. Aún así Uri estaba muy pendiente de ella y le dedicaba miradas y sonrisas que la elevaban a lo más alto. ¿Qué le estaba pasando? Algo en su interior era diferente. Sentía como un revoloteo de mariposas en su interior y no podía dejar de suspirar. Definitivamente, estaba enamorada. Los días iban pasando y llegó el final del verano... Uri y su familia debían volver a Barcelona.
La última noche, Uri decidió visitar de nuevo la playa y allí la encontró de nuevo conversando con la luna.
-Hola -la saludó y se sentó a su lado.
Ella sonrió.
-Mañana ya nos vamos y no quiero irme.
Ella permanecía en silencio. Le dolía en el alma pensar que no volvería a verlo nunca más.
Él cogió su mano con delicadeza, ella lo miró con los ojos humedecidos conteniéndose las ganas de llorar.
-Eres preciosa. No te voy a olvidar nunca - la besó -. ¡Te quiero Alana!
¡Su primer beso! Alana que no había besado nunca, lo correspondió y sintió que estaba en el paraíso.
Después, se abrazaron y permanecieron juntos contemplando las estrellas.

Escrito por: @aquadearosa y @las_letras_de_yolanda

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