¡Se trataba de un estanque cuya agua estaba iluminada de color dorado!
—¡Ohhh! —exclamamos Lin y yo.
—¿Os gusta?
Asentimos con la cabeza y entonces Hikari con expresión traviesa nos dijo:
—Pues, esperad a ver esto.
Y entonces, empezó a meterse en el estanque. A medida que su cuerpo se iba mojando, iba apareciendo a su alrededor una especie de aureola brillante de un color violeta.
Finalmente, se sumergió por completo y la perdimos de vista durante unos segundos. ¡Hasta que apareció de nuevo!
—¿Cómo? —exclamé sorprendido.
Mis ojos, no daban crédito a lo que estaba viendo y Lin se había quedado en shock, ni siquiera parpadeaba.
—¿Qué os parece chicos? —nos preguntó Hikari.
—Pero, ¿eres Hikari? —pregunté.
—Pues claro que soy yo.
—Pero... pero... —intentaba decir Lin sin ser capaz de articular palabra alguna.
—¡Eres humana! —dije.
—Síííí... ¿verdad qué es increíble?
—¡Sí!
—Lo descubrí un día de casualidad, estaba jugando por aquí cuando caí al agua sin querer y entonces mi aspecto cambió por completo.
La verdad, es que era preciosa, tenía el pelo moreno y unos ojos verdes muy expresivos, su rostro se tornaba mucho más tierno al ser humana.
—Lin, ¡báñate tu también! —le propuso Hikari.
—¿Me volveré humano también?
—No lo sé, ¡prueba a ver! —contestó ella.
Y así lo hizo, Lin también se bañó y... ¡SUCEDIÓ!
Al salir del agua, se había convertido en un niño humano, era robusto y fuerte.
—Ahora, ¡yo también soy humano! —exclamó contento.
—¿Y qué sucederá si me baño yo? —pregunté curioso.
—Pues la verdad, no lo sé —dijo Hikari encogiéndose de hombros —. ¡Puedes probar si quieres!
—¡Vale! —dije decidido.
Y lo hice, fui metiendo los pies poco a poco, después las piernas y ya el resto del cuerpo hasta sumergirme por completo.
Afuera, Hikari y Lin se miraron curiosos y expectantes. Se cogieron de las manos y esperaron impacientes a que yo saliera del agua.
Tras unos segundos sumergido bajo el agua, salí a la superficie de nuevo.
Para mi sorpresa, Hikari y Lin habían desaparecido y mi entorno había cambiado por completo. El estanque de agua dorada había desaparecido, dejando en su lugar un sitio oscuro, triste y abandonado.
Salí del riachuelo y miré a un lado y a otro buscando a mis amigos. ¡Ni rastro de ellos! Sólo vi árboles secos, sin hojas y sin frutos, un cielo nublado algo rojizo y un largo camino que me invitaba a caminar por él.
—¡No tengo más opción! —susurré y empecé a caminar por él, esperanzado de que me llevase a un lugar mejor.
Escrito por: Yolanda Martínez Duarte.
Intriga e incertidumbre, sigue verdad?? No nos puedes dejar así.
ResponderEliminarSííí, después de este viene el FINAL😉😘
EliminarQué sigue??? No nos dejes con la miel en los labios!!! 🤦🏽♀️😥🥰
ResponderEliminarJejeje... ¡Ya tenéis el final publicado!😉🤗 ¡Gracias por tu entusiasmo e interés guapa!😘😘
EliminarAla que intriga!! Me encanta este capítulo!!
ResponderEliminar¡Muchas gracias! Me alegra mucho saber que te ha encantado😘😘
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