Aquella tarde, Tommy jugaba con sus amigos en el parque a la pelota. Lo estaban pasando muy bien hasta que Robin chutó taaan fuerte que la pelota fue a parar a un arbusto.
—Ala Robin, te has pasado —le dijo Tommy al mismo tiempo que se dirigía al arbusto en busca de la pelota.
El arbusto quedaba alejado de la zona de juego. Tommy buscó y buscó pero no daba con el arbusto que se había tragado su pelota.
—¿Dónde estará? —murmuraba Tommy que empezaba a desesperarse.
Pero, de pronto el balón salió rodando de uno de los arbustos. Tommy se quedó sorprendido al ver que la pelota rodaba hasta llegar a sus pies, como si estuviera viva. Pero... ¡no podía ser! ¿estaba viva de verdad? Noooo.
Tommy cogió la pelota. Tanta era la curiosidad que sentía, que decidió acercarse al arbusto y entonces descubrió dos ojitos redondos que lo observaban escondidos dentro de él.
—¿Hola? —preguntó Tommy.
Esos ojitos se escondieron aún más intentando pasar desapercibidos.
—No tengas miedo, ¡quiero ayudarte!
Viendo que nada salía del arbusto, Tommy decidió esperar y se sentó frente a él con sus piernas cruzadas y la pelota sobre ellas.
Al cabo de unos minutos...
¡Salió! ¡Se trataba de un monito!
Tierno , tierno y dulce
ResponderEliminar¡¡¡Muchísimas gracias!!!
EliminarDulce, Tierno y director, me gusta mucho!! 👏😘
ResponderEliminar¡Muchas gracias guapísima!
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