viernes, 28 de mayo de 2021

Las pequeñas cosas de la vida.

 ¡Feliz viernes a todos/as! 

¿Cómo estáis? espero que muy bien.

Hoy me he levantado en modo reflexivo y me apetece hablaros de esas pequeñas cosas o momentos de la vida que tanto nos aportan y que valoramos tan poquito.

Sin darnos cuenta, vivimos tan sumergidos en la rutina y el corre corre del día a día que siempre estamos pendientes del reloj para no llegar tarde y cumplir con nuestras obligaciones y compromisos y dejamos de valorar las pequeñas cosas de la vida.

Yo personalmente soy una de esas personas que me paso los días corriendo de un lado a otro, pero reconozco que con los años estoy aprendiendo a poner un poco de freno a ese ritmo y a pararme aunque sea por un instante a disfrutar de esas pequeñas cosas y momentos que nos ofrece constantemente la vida.

Hablo de:

- Un amanecer con ese cielo rosado o anaranjado.

- Una buena lectura en el parque o en unos jardines.

- Contemplar una mariquita que se posa en las flores.

- Un paseo por la playa con el sonido de las olas de fondo.

- Una ruta campestre.

- Un picnic en plena naturaleza.

- Un paseo en bicicleta.

- Hacer juegos de mesa con la familia o amigos.


Son cosas que no valen dinero, cosas sencillas que nos llenan de satisfacción y felicidad. 

Cuando aprendes a valorar eso, entonces te das cuenta que algo ha cambiado en ti. Te vuelves más feliz, afortunado y lo más importante, ¡aprendes a darle otro valor a la vida!

Sí, parecerá una tontería pero no es así. Fíjate bien, vivimos en una sociedad que lo tenemos todo. Una sociedad consumista donde parece que si no te gastas el dinero comprando cosas innecesarias, caprichos, etc. eres el bicho raro.

Pero... ¿y si viviéramos en los tiempos de nuestros abuelos? vivían en el campo, con lo justo porque no había dinero para más.
Nuestros abuelos tenían la comida justa, justísima diría más bien, ¿ropa? tres mudas y dale gracias, ¿muebles? la cama y poco más, vivían nueve personas en una choza diminuta. Pero se las apañaban muy bien y me atrevería a decir que eran más felices y tenían más calidad humana de la que podamos tener nosotros hoy día. ¡Porque ellos sí que valoraban esas pequeñas cosas de la vida!

Y ahora es tu turno, ¿tú también has aprendido a valorar esas pequeñas cosas y disfrutar de ellas? 

Cuéntame, soy toda oídos :-)


                                                                                   Escrito por: Yolanda Martínez Duarte.

3 comentarios:

  1. Es verdad Yolanda, que vivimos en una sociedad consumista, que marca tendencias y resta personalidad a muchas personas. Vivimos en una sociedad marcada por un ritmo acelerado que hace que pasemos por alto las cosas más importantes y esenciales.

    Como dices, la clave está en esos momentos que no requieren de dinero, que son aparentemente sencillos pero que sin embargo son los que más aportan, los que más nos llenan a las personas por dentro.


    Yo también estoy intentando poner freno a ese ritmo que llevamos tan acelerado... No es fácil pero si es posible.

    Yo disfruto de la libertad que siento al patinar con patines por un paseo marítimo mientras la brisa acaricia mi rostro.

    Disfruto de un fuerte, cálido y sincero abrazo.

    De una conversación interesante y fluida.

    De tumbarme sobre la hierba a mirar las estrellas.

    De saltar sobre los charcos con el príncipito que me roba el corazón cada día.

    Y además de ser cosas que no valen dinero te dejan el corazón lleno de felicidad.

    Gran tema el que nos compartes Yolanda. Buen fin de semana!

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  2. Hola Verónica!

    Gracias por tu aportación y compartirnos esas pequeñas cosas de tu vida que te hacen feliz y te llenan por completo.

    Y muy bien hecho en intentar poner freno a ese ritmo frenético que llevamos siempre el ser humano, estoy segura que lo conseguirás. ¡Con paciencia y esfuerzo todo se consigue!
    ¡Un abrazo muy fuerte!

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