Foto de Jordi Muñoz (@jorx_photos en Instagram)
Apareció de la nada como si se tratara de una bola de fuego iluminando nuestros rostros sucíos y repletos de sudor.
-¡Venganzaaaaa! - gritamos llenos de furia.
Nos habían arrebatado lo más importante y no podíamos quedarnos de brazos cruzados.
Así que, iluminados por nuestro Dios Ra, decidimos avanzar sobre nuestros caballos dispuestos a todo.
Sin miedos y con muchísimo rencor en nuestros corazones decidimos luchar hasta el final. ¡Habíamos nacido para ello! Y... ¡No teníamos nada que perder!
Escrito por: Yolanda Martínez Duarte
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