miércoles, 7 de julio de 2021

LAMISIA UNA CIUDAD ABANDONADA

 


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La ciudad de Lamisia nada tenía que ver con la ciudad que había sido años atrás. Nada quedaba de aquellas calles transitadas por personas que iban a: trabajar, comprar, al colegio… de un lado a otro todo el tiempo sin parar.
Así era Lamisia, una ciudad llena de: flores, tiendas, cines, teatros, jardines… ¡una ciudad llena de vida!

Pero ahora Lamisia lo había perdido todo:  su gente, su alegría, su luz… se había vuelto una ciudad oscura, triste, vacía y destrozada. Con el paso del tiempo la mayoría de los edificios se habían deteriorado y eran pocos los que quedaban en buen estado ¿qué había pasado?

Laia y Marcos, eran una pareja de recién casados que volaban en su avión con destino Indonesia para celebrar su viaje de luna de miel. Estaban felices y pletóricos. Llevaban mucho tiempo queriendo viajar a Indonesia y ahora por fin harían realidad su sueño, estaban tan ilusionados que hasta habían hecho un “planning” con todo lo que visitarían: el Parque Nacional de Tanjung Puting, los templos de Prambanan y Borobudur, las Islas Gili y los volcanes entre otras muchas cosas. Tenían veinte días para disfrutar de ese viaje tan especial, un viaje que sin duda nunca olvidarían.

¡Pero de pronto el avión empezó a hacer movimientos bruscos!

—¿Qué sucede? —Preguntó Marcos.

—Parece que estamos en zona de turbulencias señor —le dijo una de las azafatas.

Pero cada vez más el avión se movía de forma inestable y brusca e iba demasiado rápido. Laia y Marcos se cogieron de la mano asustados, aquello no eran turbulencias…

Al abrir los ojos Marcos se vio tirado en el suelo ensangrentado, tenía heridas en los brazos y la pierna derecha pero se puso en pie y comprobó que podía caminar.

—¿Laia? ¿dónde estás Laia? —Llamó a su mujer.

Había mucha niebla y no lograba ver nada.

Siguió llamándola durante mucho rato pero no recibía respuesta. Marcos estaba muy preocupado ¿y si le había pasado algo? Él estaba herido y por lo poco que había podido ver entre la niebla dedujo que el avión donde viajaban se había estrellado.

¡De pronto vio dos siluetas humanas entre la niebla!

Parecía un adulto y un niño, se acercó a ellos con la curiosidad de saber quiénes eran ¿y si eran más supervivientes del avión?

—¡Laia! —Exclamó al reconocerla.

—¡Marcos! —Dijo ella, corrió hacia él emocionada y se abrazaron.

—¿Cómo te encuentras? —Le preguntó Marcos.

—Bien. Por suerte sólo me hice unos pocos rasguños. ¿Y tú? —Preguntó ella mirándolo de arriba abajo.

—Yo tengo heridas en los brazos y el golpe más fuerte me lo he llevado en la pierna derecha pero por suerte puedo caminar —contestó Marcos.

—El avión se estrelló —dijo ella.

—¿Pero cómo? Yo lo último que recuerdo es que nos cogimos de la mano —dijo Marcos.

—Lo mismo que recuerdo yo. Pues resulta que después de eso el avión empezó a perder combustible y calló en picado hasta esta ciudad abandonada, se llama Lamisia. Me lo ha explicado Ganesh —le explicó Laia señalando al niño que permanecía tras ellos.

—¿Ganesh? —preguntó extrañado Marcos.

—Sí. Ganesh es un niño nepalí, tiene diez años y vive en esta ciudad abandonada. Él me ayudó cuando desperté tirada en el suelo, me llevó a su casa, me curó las heridas y me dio de comer. Ven te lo presentaré —dijo Laia.

Se acercaron al pequeño y Laia los presentó:

—Él es Marcos mi marido, Marcos él es Ganesh mi salvador.

Se estrecharon las manos y Marcos le dijo:

—¡Hola Ganesh, gracias por cuidar de mi mujer!

—No hay de qué. Tenemos que irnos de aquí. Acompañarme iremos a un lugar más seguro —dijo el niño.

Marcos se quedó sorprendido, Ganesh hablaba perfectamente su idioma. Era así porque Ganesh había vivido durante muchos años en Lamisia y en sus mejores tiempos había sido ciudad de mucho turismo, así que había aprendido diferentes idiomas.

Cuando llegaron a su casa, los recibió un precioso Leopardo de las Nieves, un animal común de Nepal, sólo que éste era diferente a los demás y muy especial, tenía la habilidad de adaptarse a todos los climas.


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—Tranquilo Marcos, no te asustes. Él es Everest, mi fiel compañero. Mi abuelo me lo regaló cuando yo tenía dos años para que me protegiera y fuera siempre conmigo —le explicó Ganesh al ver a Marcos algo asustado.

Laia enseguida se acercó a acariciarlo, habían congeniado muy bien.

—¡Es muy cariñoso! —dijo mientras lo acariciaba.

—Ya veo, ya… ¡es increíble! Nunca había visto un leopardo tan de cerca —dijo Marcos muy sorprendido.

Ganesh les preparó un té y unas galletas. Después se sentaron a merendar y empezaron a hablar:

—Sois los únicos supervivientes del accidente y por tanto, ¡sois los elegidos! —decía Ganesh.

—¿Los elegidos? —preguntó extrañado Marcos. Entonces Laia lo cogió de la mano y asintió con la cabeza.

—Sí. ¡La ciudad de Lamisia os necesita! Esta ciudad era una ciudad maravillosa, llena de gente y de vida…pero entonces llegó Ion para cambiarlo todo. Ion es un ser desagradable y cruel, disfruta haciendo daño, sólo así es feliz. No se deja ver fácilmente, pero si algún día lo veis lo reconoceréis enseguida por su aspecto, tiene cuerpo de pulpo y lengua de camaleón. Con esa larga lengua y esas ocho patas lo controla todo —les explicaba Ganesh.

—¡Qué horror! —Dijo Laia.

—Pero eso no es lo peor. Lo peor es que cuando él llegó a esta ciudad, echó una maldición para que esta ciudad permanezca abandonada para siempre y nadie pueda visitarla, sólo así puede tenerla en su poder. He intentado romper la maldición de varias maneras pero ninguna ha servido —decía el niño algo triste.

—¡Vaya! —dijo la pareja entristecida también.

—Aquí es donde necesito vuestra ayuda. Una noche tuve un sueño muy curioso, era algo así como una revelación. En el sueño aparecían mis ancestros y me mandaron este mensaje “dos elegidos llegarán a la ciudad abandonada y con su ayuda la maldición de Ion será eliminada”. El sueño acababa con el pozo de Lamisia lleno de luz, una luz blanca, muy intensa que llegaba hasta el cielo.

—¡Pues entonces adelante con la aventura! Tengo ganas de conocer a ese pulpo con lengua de camaleón —dijo Marcos muy entusiasmado, pues él siempre había sido muy aventurero.

—Mañana os enseñaré su guarida. Ahora será mejor que descansemos —dijo Ganesh.

Al día siguiente, iniciaron su ruta hacia la guarida de Ion.

—Por las mañanas Ion duerme profundamente, así que es el mejor momento para enseñaros donde se esconde —les explicaba Ganesh.

Por el camino toparon con un pozo, que justamente estaba en el centro de la ciudad.



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—¡Qué bonito es! —dijo Laia mientras se asomaba para ver su interior.

Era un pozo precioso, por fuera el típico pozo de piedra, pero en su interior las paredes estaban recubiertas de espejos con lo que cuando hacia sol su agua se reflejaba en ellos, creando un efecto muy bonito.

—Este pozo es el corazón de la ciudad. Aquí es donde Ion echó la maldición y aquí será donde nosotros la haremos desaparecer —dijo Ganesh, que a su temprana edad se mostraba muy maduro.

—¡Qué curioso es todo! —Dijo Laia asombrada.

—Laia, toma este bote, es un ácido que he preparado yo mismo con plantas. Si en algún momento Ion se despierta, no dudes en tirárselo a los ojos así podremos huir, ¿vale? —dijo el niño.

—Vale —dijo ella y se lo guardó en el bolsillo de su pantalón.

Cuando llegaron a la guarida de Ion, allí estaba él durmiendo plácidamente. Así que Ganesh y Marcos aprovecharon para atarle todas las patas para que no pudiera atacarlos si se despertaba. Pero justo cuando Marcos estaba atando la última pata, Ion se despertó y al verlo sobre él no dudó en atacarle. Enseguida Ion sacó esa larga lengua de camaleón y agarró a Marcos con fuerza.

—¡Ahora Laia! —Le dijo Ganesh.

Entonces Laia sacó el bote de su bolsillo y le lanzó el ácido a la cara de Ion, éste entonces perdió la fuerza de su lengua dejando caer a Marcos que ya estaba inconsciente.
Aprovecharon que Ion estaba con los ojos cerrados, Ganesh y Laia cogieron a Marcos y con la ayuda de Everest lo llevaron corriendo a casa de Ganesh, allí estaría a salvo. Pero Marcos estaba muy débil y al llegar a casa y tumbarlo sobre la cama…

—Cariño, ¿me escuchas? Despierta, estamos a salvo —le decía Laia mientras le acariciaba la cara.

—Está muy débil, Ion lo ha golpeado demasiado fuerte —dijo con prudencia Ganesh.

Y justo en ese momento, Marcos emitió un suspiro muy profundo y se fue, se fue para siempre.

—¡Marcos! ¡Marcos no puedes irte, por favor cariño te quiero, no me dejes… ¡vuelve conmigo! —Lloraba desconsolada Laia.

—Laia… —le dijo Ganesh poniendo su mano sobre el hombro de ella a modo de apoyo y consuelo.

Pero sin saber cómo ni porqué Laia salió corriendo de la casa sin rumbo alguno. Estaba muy triste, sentía impotencia por haber perdido a Marcos de esa manera tan cruel. Ion merecía sufrir, merecía un castigo cruel, Laia sólo pensaba en vengarse de él pero entonces se topó con el pozo y no pudo evitar asomarse, aquel pozo le daba paz cada vez que se asomaba a él y miraba su interior, ahora más que nunca necesitaba esa paz.
Pero esta vez se asomó triste con los ojos inundados de lágrimas, no podía dejar de llorar la vida le había arrebatado lo que más quería.

Sus lágrimas empezaron a caer en el pozo…

Ganesh salió corriendo en busca de Laia, le preocupaba que cometiera cualquier locura. Pero cuando llegó al pozo, allí la encontró mirando al vacío llorando y una luz blanca muy intensa salía del pozo hacía el cielo.

¡De pronto el suelo empezó a temblar como si se tratase de un terremoto! Y de pronto paró…

—¿Estás bien Laia? —Le preguntó Ganesh y visitaron de nuevo la guarida de Ion.

—¡No está! —Dijo sorprendida Laia.

—Tus lágrimas en el pozo… ¡ahora lo entiendo! ¡Tus lágrimas hicieron que el pozo se iluminara! Y esa luz… ¡claro el sueño que tuve! ¡En mi sueño el pozo se iluminaba y esa era la señal de que la maldición de Ion había desaparecido! —Dijo Ganesh feliz.

Ambos se abrazaron y saltaron de alegría.

—Lástima que Marcos no pueda estar vivo para verlo —dijo Laia triste.

—¡Se me ocurre una cosa! Vamos a casa —Propuso Ganesh.

Y al llegar a casa…

Ganesh preparó una especie de aceite con plantas medicinales y un pelo de Everest. Después encendió velas alrededor del cuerpo de Marcos y empezó a untar el aceite que había preparado por todo el cuerpo de Marcos. Everest permanecía tumbado a su lado. Una vez untado en aceite todo el cuerpo de Marcos, Ganesh se sentó en posición de meditación, cerró los ojos y desde su interior y en silencio se comunicó con sus ancestros:

“Hoy vengo a pediros una sola cosa. Necesito que Marcos vuelva a la vida, lo merece después de enfrentarse a Ion y acabar con su maldición. Abuela he seguido tus pasos con el ritual de vida que me enseñaste, por favor dame luz y ayúdame para que se cumpla mi deseo”.

Tal era el cansancio que todos se quedaron dormidos alrededor del cuerpo sin vida de Marcos.

Por la mañana con el primer rayo de sol Everest se desperezaba y lo primero que hizo fue lamerle la cara a Marcos, pero claro éste no reaccionó y Everest volvió a insistir…

—Ya Everest ya sé que es hora de levantarse y quieres salir —dijo Marcos.

Everest movía la cola contento.

—¡Ha funcionado! —Dijo Laia que al escuchar la voz de Marcos se había despertado de golpe y lo estaba abrazando y besando llena de alegría y felicidad.

—¿Cómo? —Preguntó Marcos.

—Nada… es una historia muy larga —contestó Laia.

Laia y Ganesh se miraron y sonrieron felices.

Ganesh miró al cielo y dirigiéndose a sus ancestros dijo:

—¡Gracias!

Desde entonces, aquella ciudad abandonada fue recuperando su vida de antes: su gente, el turismo, las flores, las tiendas, los cines y teatros, los coches, trenes y autobuses… ¡Lamisia volvía a estar viva al igual que Marcos!


Pintura de Leonid Afremov


Escrito por: Yolanda Martínez Duarte.

8 comentarios:

  1. 👏👏👏👏
    Muy buen relato. Seguiremos atentos a tus escritos.

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    1. ¡Muchísimas gracias AbelTM por darme tu opinión! Me alegra mucho saber que te ha gustado😊 ¡un saludo!

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  2. Muy bonito!!!, sigue así llegarás lejos

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    1. ¡Muchísimas gracias por tu comentario!🤩 son estos mensajes los que me motivan y hacen que mi ilusión por conseguir mi sueño se mantenga viva😊 ¡un saludo!

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  3. Fantástico que historia de amor y vida más hermosa....

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    1. ¡Hola Marideerre! Muchísimas gracias una vez más por tu comentario y fidelidad al leer mis escritos. ¡Eres un gran apoyo para mí!😘😘

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  4. Este relato me ha dejado sin palabras, lleno de emoción!! Me ha encantado!! 🤩

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