viernes, 29 de octubre de 2021

REFLEXIÓN SOBRE LA CONCIENCIA


Hoy, reflexionaremos sobre la conciencia. Pero antes de empezar, es necesario conocer su concepto.

Según el diccionario, la conciencia es el conocimiento que el ser humano tiene de su propia existencia, de sus estados y sus actos. Además, de la capacidad propia de reconocerse a si mismo, de tener conocimiento y percepción de su propia existencia y de su entorno.

A partir de esto, podemos decir que existen dos tipos de personas.

Por un lado, la persona consciente. Es aquella que tiene conocimiento y percepción de su propia existencia y de su entorno.

Por otro lado,  la persona inconsciente. Es aquella que no es capaz de percibir lo que le sucede a si mismo ni lo que pasa a su alrededor.

Y ahora... ¡Empecemos a reflexionar!

Si te hago esta pregunta: ¿Está tu conciencia despierta? ¿La usas a menudo? ¿Eres una persona consciente? probablemente tu respuesta será SÍ. Y creo en ella sin duda, no pretendo cuestionarte.

Pero, pensando y pensando, he llegado a la conclusión que a veces sin darnos cuenta dejamos de usarla, sobre todo en esos momentos de estrés que vamos corriendo de un lado a otro, haciéndolo todo tan mecánicamente que ya ni pensamos en aquello que hacemos, decimos y pensamos. En este momento, la conciencia pasa a segundo plano y se queda adormilada. Actuamos sin más. 

Y es ahí, cuando sin querer fallamos o nos equivocamos en algo y como si de una alarma se tratara, nos paramos un momento y atendemos, ahora sí con nuestra conciencia despierta de nuevo. Dispuestos a analizar y corregir aquello en lo que nos habíamos equivocado.

Y sin quererlo, así es el ser humano actual, selectivo a la hora de usarla. ¿Por qué? Porque llevamos tantas cosas en nuestra cabeza (preocupaciones, obligaciones, plannings, recuerdos, etc.) que estamos saturados y cada vez queda menos espacio para la conciencia. Es una lástima, pero así sucede a menudo, ¿no crees?

Y cuando eres capaz de usarla, de pararte un momento y dedicártelo a ti mismo/a haciendo un poco de balance y análisis sobre ti mismo/a y todo cuanto te rodea. ¿Qué sientes? 

¿No es una experiencia increíble? A mí, sí me lo parece la verdad.

Cuando nos adentramos en nosotros mismos y en nuestra conciencia, es importante conocer los diferentes tipos que podemos encontrar. 

Existe: la conciencia moral, la conciencia histórica y la conciencia en psicología.

La conciencia moral, nos señala si las acciones o actitudes que tomamos son correctas o no. Ésta, va ligada con una serie de valores morales que tiene la persona. Y estos valores son los que orientan el comportamiento y acciones de las personas.

La conciencia histórica, es aquella que nos permite comprender que todo lo que sucede en la actualidad es el resultado de una serie de acciones pasadas.
Ésta, nos permite darnos cuenta de que nuestros actos y acciones tendrán repercusión en las vidas de otras personas en un futuro.

Y por último, la conciencia en  psicología nos permite darnos cuenta de todo lo que sucede a nuestro alrededor a partir de una serie de reflexiones sobre las propias acciones y las realidades presentes en nuestro entorno.

Estos tipos de conciencia, nos hacen ver lo amplia que puede llegar a ser y como puede llegar a abarcarlo todo.

Así que, insisto de nuevo, lo importante que es saberla usar correctamente y tener un buen control sobre ella. Porque si no es así, las consecuencias negativas no sólo son para uno mismo, sino también para todos los que nos rodean,  todos con los que nos relacionamos y compartimos nuestro día a día. Y nunca, puedes llegar a saber con certeza la repercusión que tendrá sobre cada persona.

Con lo que te animo a hacer ese trabajo interno, ese análisis para conocerte más a ti mismo/a y conocerla a ella también, que está siempre a nuestro lado haciéndonos el animal más racional.

Escrito por: Yolanda Martínez Duarte.

2 comentarios:

  1. Wow me ha encantado y enriquecido esta publicación, no conocía los distintos tipos de consciencia que tenemos. Bien es cierto que no prestamos atención a la conciencia y que muchas veces la dejamos de lado, queriendo o sin querer, como dices, deberíamos pararnos más a prestarle atención pues es una parte valiosa que nos acompaña.

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    1. ¡Estoy totalmente de acuerdo contigo! Muchísimas gracias Verónica por tu comentario y seguir leyendo cada una de mis publicaciones. ¡Un abrazo!

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