lunes, 4 de marzo de 2024

LUKA, CARLOTA Y UN PROYECTO DE VIDA EN COMÚN (micro relato)



Imagen de Google


Tras una semana ajetreadísima, Luka y Carlota consiguieron hacer un hueco para tomar un café juntos. El reencuentro fue de película, Luka abrazó a Carlota y elevándola hacia arriba, dio varias vueltas y después, al bajarla de nuevo al suelo, la besó con mucho cariño; apartó su cabello y le susurró al oído:


-No imaginas lo que te he echado de menos. TE AMO.

Ella sonrió y asintió con la cabeza, al mismo tiempo que se mordía el labio con suavidad.

Después, se sentaron a tomar café y mantuvieron una larga conversación que les permitió ponerse al día de las últimas novedades.

Entre sorbo y sorbo, sus miradas cómplices se cruzaban para decirse todo aquello que no podían decir en voz alta. En ellas podía verse: el deseo, la pasión y el amor tan intenso que los unía.

-Yo no puedo estar más tiempo lejos de ti. He pensado que...
-Sea lo que sea, mi respuesta es... ¡SÍ! - La interrumpió Luka.

Ella empezó a reírse a carcajadas y después, sin pensárselo dos veces, se lanzó a sus brazos llenándolo de besos por doquier.

Después de cuatro años de noviazgo, Luka y Carlota habían decidido avanzar en su relación e irse a vivir juntos; había llegado el momento de emprender algo, y ese algo era...

¡UN NUEVO PROYECTO DE VIDA!


Escrito por: Yolanda Martínez Duarte

sábado, 27 de enero de 2024

EL LIBRO DE LA VIDA

Todos y cada uno de nosotros disponemos de un libro, se trata del LIBRO DE LA VIDA.

Éste viene repleto de páginas en blanco y somos nosotros los responsables de escribir la historia. Sí, así tal cual como os explico, cada cual es responsable de su libro; hay quienes deciden escribir un drama, otros una historia de aventuras donde todo es posible, otros, sin embargo, optan por romanticismo y pasión y otros muchos, simplemente andan perdidos sin saber qué escribir.

Y sin darnos cuenta, este libro se convertirá en un homenaje a nuestra persona y nuestra vida; será esa huella que dejamos en este mundo y a todas esas personas que hemos tratado a lo largo de nuestra existencia.

Es por ello, que es de gran importancia que intentemos esforzarnos en dar lo mejor de nosotros/as mismos/as. Porque sólo así podremos dejar huellas bonitas.

Y ahora dime, ¿qué género tiene tu libro de la vida?


(Imagen de educaciontrespuntocero.com)


Escrito por Yolanda Martínez Duarte.



miércoles, 11 de octubre de 2023

¡RECONTRÚYETE! (Reflexión)

 


¿Qué más da el tiempo que necesites para reconstruirte?

Después de ese duro golpe que te ha dado la vida lo único que importa eres tú. Te caiste, sí y estás dispuesto/a a levantarte, lo haces a tu ritmo, poco a poco, porque sabes que sólo así volverás con más fuerzas.

Es necesario sanar las heridas o almenos dejar que cicatricen. El tiempo ya se encargará del resto.

Es momento de cuidarte, mimarte y escucharte a ti mismo/a. Habrán muchas personas que te apoyarán en este camino y respetarán tus tiempos porque te quieren, te aprecian y saben que es lo mejor para ti. Habrán otras personas más frívolas que no lo comprenderán porque son incapaces de empatizar. Pero, ¿sabes qué? Esas no deben importarte ahora mismo.

Sigue reconstruyéndote a tu ritmo porque el ahora marcará el mañana. Y es por ello que ahora necesitas hacer las cosas bien para volver más fuerte y ser capaz de afrontar todo lo que está por llegar.

💪¡Reconstrúyete!💪


Escrito por: Yolanda Martínez Duarte

lunes, 9 de octubre de 2023

SENTIMIENTOS A FLOR DE PIEL


Después de unos días de silencio, hoy sólo puedo deciros que hay días en los que sobran las palabras y hablan los sentimientos.


Y sin duda, para mi hoy es uno de esos días. No tengo palabras para explicar todo y cuanto estoy viviendo en estos momentos, pero sí muchos sentimientos.

Sentimientos que comparto con mis personas más allegadas y que quizá algun día pueda compartir también con todos/as vosotros/as a través de mis relatos y escritos.

Y es que hoy, con los sentimientos a flor de piel, me doy cuenta de lo valiosa que es la vida y lo efímera que puede llegar a ser al mismo tiempo.

Y es por ello que quiero deciros una cosa. Que... ¡Hagáis lo que hagáis en esta vida, hacedlo de corazón!❤️

Ama a la vida,
Ama a quienes te rodean,
Ama aquello que haces.
Ámate a ti mismo/a.


Escrito por: Yolanda Martínez Duarte.

jueves, 12 de enero de 2023

LEVÁNTATE, TÚ PUEDES CON TODO.

Has tocado fondo lo sé. Te has caído, te cuesta horrores levantarte, tu cuerpo te pesa más de lo habitual por que cargas un peso que no te pertoca.

Permaneces en el suelo, date derecho a hacerlo y no te exijas más de lo que estás preparado/a a soportar. Tu mente está muy cargada y te impide pensar con claridad. Respira hondo, vuelve a hacerlo, una vez y otra, y otra... Te sientes algo mejor, ¿verdad?

Ahora sólo te pediré una cosa... ¡LEVÁNTATE!

Sí, no tengas miedo. ¡Levántate y vuelve a la batalla! Porque ahora te has convertido en un guerrero/a aún más fuerte y poderoso.

Y quiero que en tu mente guardes esto...

"TÚ, PUEDES CON TODO"

Adelante, el mundo entero te está esperando.




Escrito por: Yolanda Martínez Duarte.

martes, 25 de octubre de 2022

POR TI, POR TU TÍMIDA SONRISA

 


Imagen de Google

Desirée adoraba los niños desde que era pequeña. Y por ello, decidió estudiar magisterio; era buena estudiante así que no tardó mucho en sacarse la titulación.

Al poco tiempo de terminar sus estudios encontró trabajo en un colegio de Málaga. Llevaba cinco años trabajando allí cuando conoció a Jenny.

Jenny era una de sus alumnas, tenía nueve años y pasaba muy desapercibida para todos. Bueno, para todos no porque Desirée siempre procuraba estar pendiente de ella. Desde el principio, se había percatado que Jenny tenía cierta oscuridad poco habitual en los niños de su edad; nunca sonreía, su mirada transmitía un vacío muy grande, siempre estaba cansada y en el patio nunca jugaba con nadie. ¡Le gustaba la soledad! Y eso a Desirée la preocupaba. Así que poco a poco, con respeto y paciencia, fue acercándose a la niña con el objetivo de ayudarla. ¡Así era Desirée, se movía por impulsos y por el corazón! Sentía que la niña la necesitaba y no la dejaría sola ante algo que desconocía y que estaba claro, no le estaba haciendo ningún bien.

Jenny se mostraba reservada con Desirée. Pero, ésta no se rendía y era constante. ¡Sabía que acabaría ganándose su confianza!

Y así fue como a mitad de curso, Jenny se abrió un poquito más y empezó a hablar con su profesora. Incluso en los ratos de patio almorzaban juntas y compartían su afición por la lectura comentando las últimas novelas que habían leído. Sin embargo, aquella mirada oscura y vacía seguía aferrada en la pequeña y ¿su sonrisa? ¡Seguía sin aparecer!

Un día, Desiréé decidió envalentarse y hacerle una pregunta:

-         ¿Va todo bien Jenny? ¿Eres feliz?

La pequeña la miró de repente con aquellos preciosos ojos verdes que tenía. ¡En su mirada había un diminuto destello de luz que intentaba brillar entre la inmensa oscuridad!

Después, se levantó y salió corriendo atemorizada buscando donde esconderse.

Finalmente, se refugió en uno de los lavabos y sólo después de asegurarse que no había nadie, lloró desconsoladamente.


Imagen de Google

No era la primera vez que la pequeña se escondía allí. Desirée lo sabía y decidió ir en su búsqueda; entró, discretamente, sin hacer demasiado ruido y esperó apoyada en la pared que había justo enfrente de los váteres que quedaban escondidos tras una pared.

Jenny no se había percatado de su visita y seguía llorando sin poder parar. El dolor que había en su interior era demasiado grande como para dejar hacerlo. Desirée no soportaba escuchar aquel llanto desconsolado, se le rompía el corazón. Por un momento pensó en tirar aquella puerta abajo y consolar a la pequeña. Pero… ¡NO! ¡Esa no era una buena idea! ¿Por qué? Porque la niña se sentiría invadida y ya no confiaría en ella nunca más.

Esperó, esperó y esperó…

De pronto, sonó la sirena que indicaba que la hora del recreo había llegado a su fin y todos los alumnos regresaron a sus aulas.
Justo en ese momento, la puerta de uno de los váteres se abrió con lentitud y tras ella apareció Jenny ,con el rostro pálido, secándose las últimas lágrimas con la manga de su suéter.

Desirée se incorporó de inmediato y abrió sus brazos. La niña la miró tímida y le preguntó:

-¿Llevas mucho rato aquí?

-El suficiente para saber que me importas mucho más de lo que pensaba y que quiero ayudarte.

La pequeña no dijo nada más, sólo sonrió tímidamente. Después, se acercó a Desirée y se refugió en sus brazos. Fue en ese momento cuando descubrió algo… ¡Una nueva sensación! ¡Un nuevo sentimiento!

-Gracias -susurró.

Desirée sólo pudo abrazarla más fuerte.

Después regresaron de nuevo a su aula y antes de entrar la pequeña volvió a sonreír con timidez y le propuso:

-Mañana, si quieres, podemos almorzar juntas en el patio.

-¡Claro que sí!

Y en ese momento, el pequeño destello de luz, que había en la mirada de Jenny, brilló.

Al día siguiente, Desirée había preparado unas madalenas caseras cuya receta se la había enseñado su abuela. Siempre que las hacía recordaba aquellos momentos de su infancia en los que acababan llenas de harina… ¡Hasta el pelo! Era tan divertido.

Estaba contenta porque de nuevo podría almorzar con Jenny. ¿Confiaría, por fin, en ella para explicarle aquello que escondía en su interior y que tanto daño le estaba haciendo? Por un momento, Desirée pensó que sí. Pues, algo había cambiado entre ellas desde el día anterior. ¡Sentía que estaban más unidas!

Pero, se llevó una grata sorpresa cuando al iniciar sus clases por la mañana vio su silla vacía. ¡Jenny no había venido!


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Intentó no darle importancia. Pasaban los días y Jenny seguía sin asistir al colegio. Desirée, preocupada, llamó a su casa; nadie cogió el teléfono. Aquel silencio empezaba a incomodarla, presentía que algo no iba bien. Pero, ¿qué era?

No fue hasta un mes después que la pequeña regresó al colegio. Volvió diferente, más delgada, pálida y ojerosa; de nuevo distante y ausente. Lo poquito que había conseguido Desirée en ella había desaparecido por completo, incluso aquel rayito de luz en su mirada.  Pero, Desirée no se rindió y apostó de nuevo por ella. Esta vez, aún con más fuerzas.

Aquel mismo día, en el patio, Desirée se acercó a la pequeña con una bolsita repleta de cruasanes de chocolate. Se sentó a su lado, abrió la bolsa y le ofreció. Al principio, la niña se mostró tímida y reservada. Desirée sonrió y le guiñó un ojo invitándole a coger uno y la pequeña por fin se animó y lo cogió.

-¡Puedes comer todos los que quieras!

-Gracias.

-Te he echado mucho de menos -le dijo Desirée mientras comía un cruasán.

-Yo también. ¡He estado muy malita!

-¿Enfermaste?

Se hizo un largo e incómodo silencio.

-No -tragó el último trozo del cruasán -. Me caí por las escaleras de casa y me rompí dos costillas.

Y justo en ese momento, Desirée sintió una punzada muy intensa en su interior.

-¿Te caíste? -Desirée no supo que más decir.

-Sí, me pisé el cordón y caí -contestó la pequeña sin mirarla a los ojos.

En aquel momento, Desirée cogió su mano con delicadeza. La pequeña la miró tímida.

-Sabes que puedes contármelo.

La pequeña asintió y sonrió. Se hizo un largo silencio, pero esta vez resultó ser un silencio agradable que aportaba paz.

-No tropecé con el cordón… -suspiró -. Mi mamá me tiró por la escalera. Papá bebe mucho, siempre está borracho y pega a mamá. Ella dice que yo tengo la culpa de todo y entonces me castiga.

Desirée sintió como un cuchillo atravesaba su corazón. Abrazó a la pequeña y le dijo:


Imagen de Google



-Gracias por explicármelo. ¡Te ayudaré! -dejó de abrazarla y con sus manos rodeó aquella carita llena de inocencia -. Pero, antes necesito que sepas una cosa Jenny.

La niña la miraba con atención.

-Los problemas de los adultos son de los adultos. Los niños no tenéis la culpa de que existan esos problemas y por tanto, tú no eres culpable de que tus padres tengan esos problemas. ¿Me oyes? -Jenny asintió mientras las lágrimas brotaban de sus ojos en silencio -Eres una niña muy especial y mereces ser feliz.

La niña se aferró con fuerzas a Desirée y entre sollozos le susurró:

-Yo quiero una mamá como tu, que me quiera de verdad y me cuide.

-¡Lucharé por conseguírtela!

Permanecieron abrazas un largo rato. Desde aquel momento, Desirée comprendió que debía activar el protocolo escolar que había establecido para casos como éste y se propuso adoptar a Jenny. ¡Lucharía todo lo que fuera necesario hasta conseguirlo! Ambas merecían ser felices, Jenny necesitaba una nueva familia y Desirée, ansiaba ser madre y no lograba quedarse embarazada. Así que, había llegado el momento de… ¡Empezar de cero!

Escrito por: Yolanda Martínez Duarte





lunes, 10 de octubre de 2022

COMO INFLUYE LA INFANCIA EN LA VIDA ADULTA DE UNA PERSONA (Reflexión)

 

Imagen de Google

Hoy hablaremos de la importancia que tiene la infancia en nuestra vida adulta.

Cuando hablamos de infancia pueden ocurrir dos cosas:

1. Que hablemos de una infancia feliz, estable y armoniosa. Donde, el niño/a ha crecido en un entorno familiar tranquilo y amoroso que ha sabido acompañarlo y respetarlo en cada una de sus etapas de crecimiento. Un entorno que lo ha escuchado y lo ha tenido en cuenta. Todo ello proporcionará al niño/a una serie de herramientas: alta autoestima, seguridad en si mismo, confianza... éstas le serán muy utiles en un futuro, cuando llegue a la vida adulta.

2. Que hablemos de una infancia triste, inestable y carente de afecto. Donde, el niño/a ha crecido en un entorno familiar poco adecuado donde se ha llevado a cabo una crianza basada en: la imposición del adulto, poco respeto, ausencia de afecto... Un entorno donde: no se ha tenido en cuenta la opinión del niño/a, se le ha anulado con reproches y comentarios negativos creándole una falsa imagen de si mismo, no ha recibido amor... Todo ello proporcionará al pequeño/a una serie de herramientas: baja autoestima, tristeza, rencor, odio, inseguridades, miedos... éstas afectarán negativamente en su vida adulta.

Centrémonos en este segundo punto que estoy segura nos dará mucho de qué hablar.

¿Qué sucede con el niño/a del punto número dos?

Crecerá entre miedos y temores que alimentarán su inseguridad y la poca confianza que tiene sobre si mismo. Además, la baja autoestima que tiene lo llevará a tener una imagen irreal sobre su persona y todo esto a la larga le perjudicará sin darse cuenta. Sí, sí me refiero a cuando llegue a la edad adulta e inicie un relación de pareja o se una a la vida laboral con un primer trabajo.

Los adultos con infancias difíciles han crecido con muchas carencias y por ello, no serán adultos fáciles. En la vida adulta se encontrarán con sus propios traumas. ¿Sabrán enfrentarse a ellos?

Si cuentan con el apoyo de una pareja responsable que sepa empatizar y gestionar todo ese mundo desordenado que trae si será capaz. E incluso me atrevo a decir, que conseguirá encarrilar su vida de nuevo con el apoyo de su pareja, hijos e incluso un psicólogo que le ayude a superar esos traumas y comprender que él no decidió recibir aquella crianza e infancia por parte de sus padres. 
Pero, si por lo contrario ese adulto con traumas no encuentra apoyo y consuelo en su nueva familia, pareja, amistades... ¡Estará perdido! ¿Por qué? Porque seguramente optará por coger el camino fácil: drogas, alcohol, casino y un largo etcétera es duro pero una mala infancia puede llevar a todo esto. Y sólo si ellos están dispuestos a cambiar, lo conseguirán. 

A veces incluso, es necesario romper con el pasado para volver a empezar de cero.

Ahora es vuestro turno, os invito a debatir y reflexionar sobre este tema, podéis dejarme vuestros comentarios aún hay muchísimo de qué hablar.

¡Un abrazo!

Yolanda Martínez Duarte

LUKA, CARLOTA Y UN PROYECTO DE VIDA EN COMÚN (micro relato)

Imagen de Google Tras una semana ajetreadísima, Luka y Carlota consiguieron hacer un hueco para tomar un café juntos. El reencuentro fue de ...